jueves, 18 de junio de 2009

La batalla de Orgreave



Nos encontramos con una especie de recursividad, en vez de que el realizador se preocupe por hacer un reenactment, el documental trata de un reenactment en si. Para conmemorar la batalla de Orgreave, trabajadores y sindicatos se reúnen realizando un remake del enfrentamiento; cantan, reviven las emociones y los sentimientos comunes. Hablamos de un aspecto de kermesse, que dura unos cuantos días y el centro de la celebración es un acto dramático, como una puesta en escena.

En cuanto al documental, utiliza mucho la escena del enfrentamiento mineros-granaderos, una y otra vez, sirviendo de transición para las entrevistas y para tomas espaciales. Sin embargo, a pesar de tratar un tema tan dramático, el proceso se ve truncado por el mismo reenactment. El problema surge porque no es tan importante el hecho del choque de fuerzas, sino la resistencia profunda que ejerce el trabajador ante el sistema. Una especie de micro-rebelión de un sector. Las entrevistas no se encuentran bien logradas, llegan a ser acartonadas y carentes de pasión. Incluso, cuando el documental se encuentra subiendo de nuevo la cima dramática, las irrupiciones de entrevistas vuelven a cortar esa línea y el film no se termina de concebir totalmente.

Otro documental del tema



En México los disturbios de este tipo no se hacen tan comunes pues la opresión es mucha, sin embargo en 2006, en Atenco, debido a un conflicto en Texcoco se desataron incidentes violentos entre ambulantes y la policía federal, estatal y municipal dejando 290 víctimas y posteriormente paros, manifestaciones y consecuencias graves debido a la imposición del poder policiaco.

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