martes, 24 de febrero de 2009

Sans Soleil. Chris Marker.






Sans Soleil. Sunless. Sin sol. Desde el título, Chris Marker nos introduce a un mundo de ideas personales entretejido como una madeja de estambre que debemos ir desentrañando poco a poco para lograr entender un poco la mirada del realizador.

Sans Soleil habla de todo y nada, de la vida y la muerte, de la banalidad y la importancia del ser, del estar y no estar. Contrapone mundos distintos, casi contrarios, pero sin llegar a la comparación absoluta. Es Chris Marker el que utiliza el medio de la cámara como una autodefensa, es su arma y su escudo a la vez, y a través de ella nos comparte una introspectiva única, un momento personal que no se repite ni se repetirá, pues es conocido que Marker tiene una figura misteriosa y aislada.

Al inicio, imágenes que podrían parecer extrañas para una introducción nos invitan a ver más allá de lo que tenemos enfrente: tres niñas de Islandia simplemente viviendo un momento, contrapuestas con aviones de combate. Todo este preámbulo para empezar a entender el documental a través de ojos ajenos, que se toman el tiempo para esos momentos de reflexión, que sería quizá la verdad más clara y latente del film. De momentos la coherencia zozobra. Al ser una mirada personal, Chris Marker por sí mismo, a través del personaje que crea nos advierte que no creamos en todo lo que dice, ni lo que vemos, antepone la idea de un narrador sin imposiciones, común, con errores de cualquier mortal tanto de pensamiento como expresión. Sin embargo, pienso que es parte de la lúdica que maneja con los retratos urbanos, y hasta con los mismos espectadores.

La perspectiva de Marker es cambiante, a veces es demasiado pasiva, tomas abiertas, ambientes sonoros dispersos, pero de pronto toma las riendas del asunto y se impone con su único recurso, que es la cámara y llega incluso a fliltrear con una mujer encuadrándola sin treguas y la consecuente reacción de pena de la misma. La gente es filmada en actitudes cotidianas, artísticas, denotando sus costumbres y qué tan arraigadas son, cómo viven la posmodernidad, la cotidianidad, e incluso en casos donde ni siquiera existen para la sociedad pero están ahí, como deshechos. Todo esto lo habla desde afuera, como un espectador-voyeurista que observa un experimento científico, o un modelo a escala.

A pesar de que el realizador parece no involucrarse del todo, Chris Marker está en todo momento como una presencia, sin ser tangible, a través de un portavoz que es una mujer leyendo unas cartas del viajero utilizando el pseudónimo de Sandor Krasna. Es un juego con el público porque es una función de “estar sin estar”, pero al notar la poética del discurso que invita a la introspección, sabemos que Marker está detrás de todo eso.

El documental, evidentemente, trata de un viaje por el mundo. El montaje de la estructura que propone no es precisamente el de un hilo conductor convencional. Pasa de una región a otra, de la vida moderna a la vida en el campo, de la música al estridentismo visual, de la vida a la muerte; sin embargo, Marker tiene ese don para conectar las ideas de manera que existe una fluidez y genera en el espectador una fascinación e intriga, pues jamás saca de contexto, sino todo lo contrario. Y todo esto, porque a final de cuentas todo termina relacionándose entre sí por más alejado que parezca. No se define si tiene un orden alfa-omega, o al revés, pues las ideas están superpuestas como realmente provienen de las ideas humanas, elementos con los que se convive día a día y simultáneamente. Es por eso que considero Sans Soleil como una exposición de un flujo de ideas aleatorias y sus respectivas descripciones. La magia del director es cómo realiza las analogías de manera que el espectador a la vez se involucre y aprenda a observar.

El documental está constituido por varios elementos, utiliza recursos como la imagen fílmica, stills e imágenes de archivo. A su vez, hay imágenes manipuladas electrónicamente para definir a esa parte de la sociedad que no existe, antes mencionada. Por su parte, no hay entrevistas ni acercamientos de diálogo con los personajes que presenta, sin embargo, aún como masas de gente filmadas en sus ambientes, cada persona y cada identidad tienen su espacio definido en el film. Se puede reconocer fácilmente a la mujer siendo intimidada por el coqueteo de la cámara en el mercado, o los chicos japoneses bailando música dance.

Chris Marker se vale de una figura espiral, donde toma los puntos, se sale del contexto espacio-temporal, llega a los confines, y sin más, regresa al punto de partida. Es por eso que es un poco complicado definir el tiempo en el que ocurren los sucesos, porque si bien en los planos tomados en Japón nos habla de una urbe en su máximo desarrollo, trabajo, baile, la conquista del espacio y del tiempo, una modernidad total; por otra parte sólo nos muestra la vida rural de África que tiene arraigada desde los antepasados. Algo que sí es remarcable es que Japón, aún con la era que vivía, no dejaba de lado las costumbres, las ideologías y el culto sobre todo a la muerte. Y es cuando se presenta la imagen de archivo tomada en cualquier lugar de occidente de la muerte de una jirafa. Se nos muestra una simultaneidad en los eventos, los disparos y la caída del animal junto con los japoneses llorando y venerando las figuras animales a niveles de dioses. El poder de cámara funge un momento muy importante ahí, pues no observamos al cazador, sólo vemos un ataque, inesperado y a la vez morboso, y es cuando la cámara vuelve al estado de voyeur convirtiéndose así no sólo en un cómplice, sino en el verdadero asesino.

Chris Marker logra concebir Sans Soleil como una mirada personal de un viajero cualquiera, pero con una gran capacidad de detenerse y detener el tiempo con él. Por momentos el documental se vuelve un ensayo poético que sólo se puede admirar si nosotros como espectadores, adoptamos una posición pasiva y observamos detenidamente todos los momentos que suceden simultáneamente aquí y allá.


Urban Landscape (Spontaneous Cellphone Video)



Lo que veo de ida y regreso a la escuela... con toques de otros viajes cotidianos.

Dial H-I-S-T-O-R-Y



Entre las verdades que nos presenta Dial H-I-S-T-O-R-Y, son fundamentalmente los secuestros, el poder de los medios de comunicación y su lucha por documentar, y por sobre todas las cosas, el terrorismo. A través de material de archivo, nos muestra con un estilo poco común los problemas que genera el terror y la imposición e importancia que ha tomado conforme pasa el tiempo en el siglo XXI. Toda la tensión del documental queda impactada bajo el principio del terror. "You can run but you can't hide". Dicho principio es para controlar poblaciones, y es aquí donde notamos que los medios lo propagan a gran escala, por lo que sin ellos, no habría terrorismo. El espectáculo gana sobre todas las cosas. Es por lo que el narrador del documental nos muestra una mirada alternativa, con música alegre con imágenes que a cualquier espectador podría perturbar. A su vez, considero que es una crítica muy grande al hecho de que en plena posmodernidad y repetición, el simulacro y "back to basics", el hombre ya no se asombra ni se asusta con nada. Es por eso que el director propone un giro con imágenes de gente mutilada, asesinada, limpieza de charcos de sangre en aeropuertos, enmarcadas con un ambiente satírico y hasta burlón.

Jean Painlevé



La magia de Painlevé es que a pesar de presentar documentales de carácter científico, nunca deja de lado la escuela vanguardista. La estética que maneja es elegante y lúdica, pues no sólo se preocupa por mostrar los procesos y forma de vida del reino animal, sino que les da atribuciones hasta humanas, y se burla; un poco comparado con el estilo de Bert Haanstra, en el caso específico de Les amours de la pleuvre y su introducción a "lo horrendo que puede ser un pulpo". Me parece extraordinaria la tecnología rudimentaria que utiliza para captar las imágenes submarinas, y sobre todo porque no es una tarea fácil permanecer filmando tanto tiempo procesos tan lentos como es el de la reproducción de los pulpos. Considero que la obra de Painlevé no deja nada qué desear, nos brinda información biológica, estética, surrealismo, aprendizaje y un buen entendimiento combinado con una visión artística inigualable.

lunes, 23 de febrero de 2009

Dan Graham. Cordelia Swann. Eija Liisa Ahtila.

Cascade, Vertical Landscape.

Cascade es una mirada muy particular de la arquitectura ochentera de las grandes urbes norteamericanas. El elemento que llama la atención, y de ahí el título, es la cámara en 360º y los constantes tilt downs que nos introduce a una especie de elevador. El montaje es muy importante, pues denota un interés del director por encontrar imágenes similares y hacerlas coincidir por medio de transiciones específicas. Dicho hecho para dar la imagen de una "cascada" interminable de imágenes interconectadas. Los elementos de pop art son válidos debido a la época en la que es realizado el film, sin embargo en momentos distrae la atención de la estética de los rascacielos y demás espacios.


Consolation Service - Eija Liisa Ahtila

Consolation Service es una manera de entender que se pueden recrear situaciones para poder llegar a documentar una situación específica deseada. Si bien todo la trama se desarrolla bajo una circunstancia de ficción y el montaje y los planos utilizados hablan de más de una toma planeada, considero que el film cumple como documental. En tres partes nos muestra el proceso de separación de una pareja. Hacia el final la situación se torna cada vez más ficticia, sin embargo, el problema está ahí, latente, y se demuestran los sentimientos y el contexto de la pareja.


Out West - Cordelia Swann

La directora se proyecta totalmente en su obra. Las imágenes que nos muestra son fragmentos de su infancia, y toda la presentación de los lugares en los que vivió, pero de la época actual, nos da una gran idea de la melancolía que siente por su pasado, y cómo se veía y sentía en él. La voz en off lo hace todavía más personal, pues nos explica de una manera muy poética los sentires de la realizadora. Los paisajes, las casas, los caminos... todo es un ensayo estilístico muy bien logrado y creo que si puede llegar a los sentimientos íntimos del espectador creando una complicidad nostálgica.

domingo, 22 de febrero de 2009

Bert Haanstra, Zoo y Glas



Zoo maneja la estética de una manera lúdica y divertida. El director puso especial énfasis en retratar las actitudes de los visitantes al zoológico respecto a la experiencia que viven ahí adentro. Es una mirada muy específica dentro de un medio común. Existe una gran correspondencia respecto a lo que la gente ve y con el montaje de los animales, sobre todo cuando ambos comen sosteniendo alimentos con las manos. A su vez, juega con la música dando acentos muy específicos en reacciones de susto o sorpresa resultado de la relación animal-hombre y su reconocimiento, como es el caso de los flamingos. Me gusta el paralelismo que maneja el director con las texturas, como es el caso de la cebra y la señora, o el niño que pareciera tener cuernos. Para finalizar, el giro que le da en la parte "pasiva" del film, con una serie de bostezos, nos recuerda qué tan parecidos somos a los animales.



Por su parte, Glas me remonta al aspecto lúdico del que habla Haanstra en Zoo. Sólo que ésta vez nos muestra el arte de hacer vidrio soplado. El director utiliza el recurso de la música para darle todo el sentido desenfadado y hasta cierto punto refinado de la tarea que documenta. Está compuesta precisamente de los elementos que vemos, flautas - viento, vibes - vidrio; y ambos elementos se hacen presentes en el ritmo paralelamente a la imagen. En cierto punto del film podría decirse que tiene mucho el estilo de videoclip por la sincronía de acciones con los acentos y melodías. La trama tiene un giro importante que incluso se refleja muy fuertemente en la música, que es cuando comienza la parte de la máquina que fabrica botellas. Nos saca por un momento de toda la mecanización humana para incluír la parte maquinaria y se refleja en los sonidos electrónicos de sintetizadores. De pronto, la máquina falla y nos saca del contexto por un momento para regresar sutilmente a los hombres y a su tranquilidad al soplar el vidrio. Como contenido siento que no tiene una profundidad remarcada, sin embargo como ensayo estilístico me parece muy elegante y limpio.

Como colofón, un fragmento de Haanstra que nos muestra el proceso para enseñar a los niños a aguantar la respiración bajo el agua, y sus reacciones muy de cerca, llegando a un grado muy alto de emotividad.

Martin Arnold.



A través de videos de películas de los 50's, Martin Arnold retoma ciertas escenas clave y les da su propia interpretación. En el primer video, vemos cómo llega un personaje a encontrarse con otro. Pero todo el proceso se ve truncado y evitado por una edición poco común, y es la repetición y alargamiento del encuentro. El montaje ubica al espectador en una nueva faceta dentro de un estilo ya establecido, y con el sonido que se genera a partir de dicha edición, llega a ser de pronto surrealista y extraño. Si lo que Arnold deseaba era crear tensión y desesperación, creo que está bien logrado. Por su parte, los siguientes videos juegan con la música y el ritmo hasta crear una especie de coreografía, y finalmente enfatizando las expresiones faciales y el mismo estrés del contacto entre dos personas, que puede relacionarse a muchos paradigmas de la época a la cual pertenecen los filmes originales.

Mi favorito... (creo que puede llegar a perturbar)

jueves, 19 de febrero de 2009

Regen, Manhatta.

Regen



A través de planos detalle, explora todas las formas posibles de representar la lluvia, así como las gotas, charcos, en paraguas, y cómo ésta afecta a los traseúntes. La música tiene un papel fundamental, casi todo momento nos demuestra una visión nostálgica y va a tono con la constancia de la caída de lluvia, y nos muestra la poética del momento que quiso plasmar Joris Ivens.



Manhatta por su parte, no se enfoca en la gente, ni tampoco en el tráfico o situaciones propias de una urbe desarrollada. Me pareció una versión más agresiva de la ciudad. Visita los rincones industriales de NY, desde edificios, construcciones y al ser casi todas las tomas contrapicadas nos da una sensación de grandeza y dominio, no así para cuando observamos a las personas, en picado, dando una idea totalmente contraria. La música, al contrario de Regen, no es nostálgica y puede llegar a ser estridente en momentos por los sonidos y acentos que utiliza.