jueves, 21 de mayo de 2009

“Indoctrination” de Harun Farocki



"A game with a very serious message."


El film nos muestra un curso de capacitación para ejecutivos y gerentes de medio nivel, que buscan superarse en cuanto a sus técnicas de expresión enfocado a los negocios. Hasta este punto pareciera un video común de entrepreneurialism, y la manera de dirigirse a un público, un skill difícil de evitar si se labora enfocándose a las personas y al trato. Sin embargo, la relación que establece el entrenador con el alumno, a pesar de tratarse de personas de edad adulta, es de sumisión. Les expresa todo tipo de cosas, críticas que parecieran constructivas sin embargo son observaciones fuertes, incisivas, y los alumnos atienden siguiendo la corriente a pesar de ser humillados de una manera muy sutil.

En mi opinión el realizador busca enfatizar el control que puede tener un líder dentro del campo social, cultural y laboral. Al principio, pareciera un inocente seminario de autosuperación, sin embargo al paso de varios días, la ideología del mundo de las apariencias se va apoderando de los alumnos, misma que es inculcada por los maestros. Y sobre todo, algo increíble, van cambiando la forma misma de pensar de cada uno. La influencia es tal, que los preparan para un mundo de negocios burdo, donde sólo la forma de expresión importa, el vender, aparentar y saber cómo manipular a los demás.

En cuanto a la realización, me gusta el contexto bajo el que es presentado el documental, ya que dentro de una atmósfera de superación, de positivismo, se cosecha una manipulación de los individuos tal, que llegan a perder su identidad en escasos 5 días. La cámara es observacional, en ningún momento el realizador se involucra, (hablando extrínsecamente), pues puedo adivinar que según su propio objetivo, el espectador debiese notar por si mismo la evidente transformación paulatina de los alumnos. Existen varias cámaras, de menos dos, documentando el proceso, lo cual facilita el entendimiento por la coherencia de los contracampos correspondientes. En este caso, los actantes se saben observados pues se encuentran bajo una especie de experimento, quizá por ello y la presencia latente de la cámara (en un aspecto serio), no llegan a demostrar catarsis alguna, se muestran pasivos, como si ellos mismos supieran de que va la situación y no quisieran hacer algo por cambiarla.

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