jueves, 29 de enero de 2009

Espigar.

Agnes Varda se caracteriza por imprimir en sus obras algo que yo llamo "la mirada femenina". No es por algún tipo de discriminación al hombre ni mucho menos, pero definitivamente en su estética denota una elegancia y mirada específica en los detalles que difícilmente se encuentra, e incluso creo que es una meta que sólo Varda logra conquistar. El ver la manera en la que pone la cámara, cómo interactúa con el objeto de su estudio, ya sean personas, cultivos o autobuses en la carretera, me recuerda a un niño juguetón que está describiendo lo que siente y lo que ve. Me gusta el hecho de que a pesar de documentar un hecho que podría ser casi ajeno totalmente a ella, se involucra con el simple concepto de "espigar", se reconoce una espigadora y proyecta su conciencia personal del lugar que ocupa en el tiempo y el espacio.


1 comentario:

  1. Pues me parece que tienes razón, el punto de vista de la directora es muy marcado, su forma de exponer la espiga y las personas atrás de eso es muy "femenina" tan delicada como una flor, me gusta como escribes, sólo que deberías de escribir un poco más extenso, un saludo nena.

    ResponderEliminar